Pero el ejemplo en el que las condiciones de vanguardia son más patentes es Shanghai y no es casual que haya sido fundada a mediados del siglo XIX por los poderes Imperiales occidentales y el Japonés. Se dice que Shanghai es el hogar de 20% de las grúas de construcción activas del mundo. Es posible que la historia sea apócrifa, pero indudablemente existe una gran cantidad de construcciones en proceso por toda la ciudad. La mayoría de los artistas contemporáneos mejor conocidos en Shanghai pasan poco tiempo en la ciudad debido a que el desarrollo urbano y las rentas exorbitantes los han obligado a emigrar. Si llevamos la analogía de Shanghai a Paris de 1870 un paso más lejos, diríamos que, debido al desarrollo urbano radical de aquella época, muchos de los artistas más avanzados del momento enfrentaron procesos migratorios similares.
China solo tiene dos academias nacionales de arte, ambas fundadas en los años veinte, basadas en el modelo de las escuelas de arte de Francia. Una de ellas está situada en Pekín y la otra en Hangzhoyu, a dos horas al sur de Shanghai, en donde la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Shanghai se fundó a finales de los años. Muchos de los artistas contemporáneos Chinos de mayor renombre, incluyendo artistas como Pu Yi y Huang Yong Ping (quien ahora reside en Paris), se graduaron de la Academia de Arte China de Hangzhou. Una visita a la escuela revela un amplio complejo integrado por una docena de edificios, cada uno de los cuales cubre distintas disciplinas, desde el diseño de moda hasta estudios de gráfica digital y varias categorías de las Bellas Artes. Hay más de trescientos instructores para menos de mil quinientos estudiantes. Solo una pequeña parte del estudiantado se dedica específicamente al arte. Cada departamento está bajo presión para obtener ingresos para sostenerse. Muchos tienen contratos con empresas privadas. El departamento de diseño gráfico, por ejemplo, recientemente recibió un donativo de cien computadoras con tecnología de punta a cambio de que los estudiantes trabajaran sobre los intereses de la corporación donante. En un país inmerso en una carrera loca hacia la modernización, el donativo de cien computadoras es fundamental. No tanto así el tema de la libertad que pierden en la transacción.
Para siquiera pensar en solicitar su ingreso a la academia de Hangzhou, un estudiante debe demostrar habilidades técnicas superiores, ya que muchos de los que han mostrado un talento precoz desde la infancia, han sido orientados hacia un futuro en la academia. En efecto, una visita a los estudios revela un nivel técnico similar a lo que un tour por la Royal Academy en Londres o l’Ecole Nationale Superieure des Beaux-Arts en Paris en el siglo XIX hubiera mostrado. A riesgo de parecer conservador sin tratar de serlo, me quedé pensando en lo que se lograría en el arte si todos los artistas tuvieran conocimientos sólidos de dibujo y pintura. Sin duda esta fue la capacitación que recibieron no sólo de artistas como Gericault y Reynolds, sino también de Picasso y Duchamp. (La idea del retorno a la academia, aunque sin el correspondiente regreso al academicismo sería una discusión muy interesante)
Cuando plantee una pregunta tan anacrónica como si alguien practicaba el arte abstracto, la respuesta que obtuve fueron risitas nerviosas. De hecho, el arte abstracto está prohibido en la academia, aunque un profesor de pintura me confesó que es algo que practica en su casa. No existe una prohibición total del arte abstracto, simplemente no goza de aceptación oficial. A lo largo y a lo ancho de los talleres de los estudiantes, me encontré con trabajos fotocopiados de las páginas de Artforum y Flash Art colocados con tachuelas junto a sus caballetes. También vi fotografías de obra de David Salle, Damien Hirst y varios otras estrellas del mundo del arte Occidental. Me pareció que inspirarse en las pinturas de Salle era particularmente perverso dado el objetivo del artista estadounidense de convertir en virtuosa una técnica degenerada y de su transmisión de lo narrativo. Aparte de la relativa fama de Salle, ¿Qué podría aprender un joven estudiante con la técnica de Gerhard Richter, al estudiar la pintura de Salle?
Lo que carece el programa es de discusión teórica. Cuando me pidieron que participara en una ronda improvisada de preguntas y respuestas con los estudiantes, inmediatamente me llamó la atención el hambre que tienen los estudiantes de información sobre el arte de Occidente. Con frecuencia las actitudes de los estudiantes eran contradictorias: por un lado daban la bienvenida al intercambio intercultural, y por el otro tenían un gran temor de que dicho intercambio representaría un debilitamiento de la tradición del arte Chino, particularmente el dibujo a tinta. Naturalmente, el análisis teórico de la cultura China bajo los auspicios del Partido Central Comunista paternalista fue un tema al que todos hicieron referencia en forma tangencial, aunque nadie agarró el toro por los cuernos. Tampoco fue posible profundizar sobre el hecho de que hubiera tan pocas estudiantes mujeres en la Academia.
Los estudiantes graduados invariablemente gravitan hacia Shanghai o Pekín. La ciudad capital es atractiva porque presenta mayores oportunidades para pedidos y comisiones públicas. En ambas ciudades hay pocas galerías privadas. La galería de arte contemporáneo mejor conocida y quizá la única galería privada en Shanghai está situada en el mezzanine del hotel de cinco estrellas Ritz Carlton. ShangArt Gallery casi ni siquiera podría considerarse como galería. Las pinturas están colgadas casualmente alrededor del área de la recepción frente a las tiendas de regalos del hotel. La idea es atraer al viajero que cuenta con dinero para gastar. Operada por un residente suizo, ShangArt frecuentemente es citada en la prensa extranjera como el principal lugar de venta de arte contemporáneo Chino. Los occidentales que conocí en Shanghai se refirieron a Shanghai Art como una empresa pionera que defiende la trinchera del arte contemporáneo con valentía. Disculparán mi cinismo, pero me pareció que hay dinero en Shanghai y sin duda es un lugar en el que se puede ganar dinero. ShangArt puede significar un riesgo económico, pero considerar a este acto motivado por el lucro, como valeroso, nuevamente subraya la confusión entre la libre empresa y el libre pensamiento. Los debates sobre lo que está sucediendo con el arte Chino simplemente no existen o no se publican.
En Shanghai no existe el equivalente a un distrito de artistas o bar en el que se reúna el gremio. Esto en parte tiene que ver con precaria economía de los artistas. La respuesta de los artistas ante una ciudad en la que no hay espacios de exposición, pero en la que se han destinado cantidades considerables a un nuevo museo de arte moderno, ha sido la adopción generalizada de estrategias conceptuales para llamar la atención de un público fuera de China. El conceptualismo “se lee” bien en las revistas. Sus estrategias y enfoque formal son comprendidos por los públicos no Chinos. Apunta hacia la novedad y distancia de las ortodoxias un tanto fosilizadas de las academias de arte nacionales, y por ende funciona parcialmente como una crítica al paisaje cultural e institucional chino. Más que Conceptualismo, quizá es más apropiado referirse a un Neo-conceptualismo que se ha generalizado en todas partes. El Neo-conceputalismo es una consecuencia contradictoria a la consolidación del Conceptualismo dentro del ámbito de las leyes y el comportamiento del mercado. El Neo-conceptualismo asume una actitud de no-objetualismo dentro de los términos de un objeto. La reflexión crítica del mercado incluye la inscripción del fracaso histórico del Conceptualismo de eludir al sistema de arte institucional que ahora es citado dentro del trabajo Neo-conceptual como meramente irónico. En China, el Neo-Conceputalismo expresa la contradicción marcada por el avance de las fuerzas comerciales que aún no se han estabilizado y la supresión de las formas de expresión artística no- tradicionales. Dichas contradicciones siguen siendo significativas lejos de Nueva York, Paris o Berlín, en sitios como Vancouver en donde yo vivo, o en México a quien dirijo este artículo. Esto sucede porque la función del arte como praxis social sigue siendo vital como discurso teórico, irónicamente más vital en los regionalismos cosmopolitas de lugares como Vancouver o la ciudad de México, que en las capitales enajenadas como Nueva York o Londres. En China, el cauce que ha de seguir el arte, aún no ha sido trazado.
* Ken Lum es catedrático de la Universidad de British Columbia en Vancouver y artista visual cuyas obras se han presentado en Canada, Europa y Estados Unidos. En 1998 representó a Canada en la XXIX Bienal de Sao Paolo, Brasil.
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